domingo, 7 de junio de 2009

Una pareja de pingüinos gais adopta y cría a un polluelo

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Una pareja de pingüinos machos homosexuales del zoológico alemán de Bremerhaven parece saber mucho acerca de cómo ejercer de padres ejemplares. Lo están demostrando tras adoptar con éxito a un polluelo que había sido rechazado por sus padres biológicos antes de nacer.
Como si de humanos se tratara, Z y Vielpunkt --nombres con los que fueron bautizados estos dos pingüinos de la especie Humboldt-- no lo dudaron un segundo a la hora de empollar un huevo abandonado, explicó el veterinario Joachim Schöne, del zoo Am Meer Bremerhaven. Y una vez que el pollito nació, sus papás adoptivos asumieron de buen grado todas las funciones propias de la paternidad.
Alimentarle con la papilla de pescado que ellos mismos regurgitan, limpiarle las plumas o proporcionarle el calor suficiente son solo algunas de las actividades que llenan ahora su rutina diaria. Y así será hasta que el pequeño, que acaba de cumplir cuatro semanas, se haga adulto y pueda abandonar el nido.

BUENOS PADRES
"Son muy buenos padres, cariñosos y concienzudos; la verdad es que se comportan de la misma forma que los heterosexuales y hacen las mismas cosas que ellos, incluido construir el nido e incubar el huevo", apuntó Schöne.
Este zoológico, situado en la localidad portuaria de Bremerhaven, a orillas del mar del Norte, es conocido por acoger a un buen número de pingüinos de Humboldt, una especie oriunda de las costas chilenas y peruanas que se caracteriza por un plumaje de color negro en el dorso y blanco en el pecho y el vientre, y la piel de la cara rosada.
En el zoo hay tres pollitos y cuatro huevos en proceso de incubación, además de otros 20 ejemplares de pingüino Humboldt en edad adulta. Entre estos se dan todo tipo de combinaciones: seis de las parejas son heterosexuales, tres homosexuales y hasta hay dos pingüinos que prefieren la soltería.
Según el veterinario, Z y Vielpunkt son pareja desde hace más de 20 años, aunque los responsables no se dieron cuenta de que se trataba de dos machos hasta hace poco tiempo.

LA PRUEBA DEL ADN
La historia empezó cuando los cuidadores, sorprendidos porque algo no funcionaba en el apareamiento entre los dos pingüinos --que solían empollar piedras--, decidieron practicar pruebas de ADN con sus plumajes para determinar su sexo.
"No es necesario realizar pruebas científicas que confirmen su homosexualidad, pues es algo sano y totalmente natural", apuntó Schöne.
De hecho, en el caso de los pingüinos la homosexualidad suele ser frecuente, según han contrastado expertos de varios zoológicos alemanes y de toda Europa. Por ejemplo, en los pingüinos Rey, naturales del hemisferio sur y los segundos más grandes, el porcentaje podría ascender al 10%. En el mundo animal, la homosexualidad está descrita en más de 1.500 especies, y en 500 de ellas está probada.


info: El Periódico de Cataluña

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