
Se suponía que la grelina se acumula durante periodos de ayuno y se concentra en el cuerpo justo antes de las comidas. En dosis farmacológicas actúa sobre el cerebro para estimular el hambre, pero su función natural parece ser optimizar el metabolismo de los nutrientes ingeridos y promover el almacenamiento de la grasa en el cuerpo. Sería como un sensor de lípidos en el estómago que informa al cerebro de cuándo están disponibles las calorías para activar procesos que las necesitan, como el crecimiento.
info: El País
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