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lunes, 30 de noviembre de 2009
"CLIMB" A TIM HAMILTON SPRING/SUMMER 2010 MEN PRESENTATION FILMED BY ARTIST COLLIER SCHORR
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The short film "Climb is a collaboration project between designer Tim Hamilton and artist Collier Schorr. The short film is a presentation of Tim Hamilton's spring/summer 2010 collection.
TIM HAMILTON "CLIMB"
FILM BY ARTIST COLLIER SCHORR
MUSIC BY BJÖRN YTTLING
(OF PETER BJORN & JOHN) AND
JOHN HILL (SANTOGOLDS PRODUCER)
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De Barcelona a Londres, en menos de seis horas en tren para el año 2012
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Renfe ya planea invertir 300 millones de euros en construir trenes para explotar esta línea. Se estima que el tiempo de viaje entre Barcelona y París sería de 3 horas y media siempre que el trayecto fuese directo, algo más si se hacen paradas intermedias.
La extensión de las redes ferroviarias de alta velocidad se hace realidad poco a poco en toda Europa, convirtiendo el tren en una alternativa viable al avión para las conexiones entre grandes ciudades europeas (como está sucediendo entre Madrid y Barcelona, sin ir más lejos).
Las empresas ferroviarias española y francesa (Renfe y SNCF) han acordado formar una compañía conjunta para explotar el enlace de alta velocidad entre Barcelona y París.
Renfe ya planea invertir 300 millones de euros en construir trenes para explotar esta línea. Se estima que el tiempo de viaje entre Barcelona y París sería de 3 horas y media siempre que el trayecto fuese directo, algo más si se hacen paradas intermedias.
El ‘cuello de botella’ del proyecto es el enlace entre Montpellier y Perpiñán, en el sur de Francia, que todavía no está adaptado a la alta velocidad (aunque al ser de ancho internacional, sí que podrían circular por él los nuevos trenes).
Por su parte, la conexión entre París y Londres ya está servida por los trenes de alta velocidad Eurostar, que cruzan el túnel bajo el Canal de la Mancha y realizan el trayecto en poco más de dos horas. La idea es que no hubiese necesidad de transbordo y que los trenes que salen de Barcelona pudiesen llegar hasta el mismo Londres.
info: The times
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Adiós a la corbata según Hermès.
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info: Mensencia
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La última novedad de la casa Hermès: los pañuelos losange para hombres. Un must de su colección otoño/invierno que nos permite combinarlo de maneras diferentes.
Losange, en el idioma galo, es la forma de un rombo con las puntas más alargadas. Y los podemos encontrar en algodón o materiales más suaves como cachemira y seda. Dependiendo del color o del tejido podemos combinarlo para un look más elegante o casual.
Se suelen poner alrededor del cuello como si se tratase de una bufanda, pero con una sola vuelta, y los picos se ponen como si fueran una corbata.
info: Mensencia
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Cotton-Nylon Blend Long Jacket.
A hooded, thigh-length light jacket with six cord locks – two for the fitted hood, two for an optional cinched waist and two on the bottom. Perfect as a warm weather jacket or layered during cooler months.
Cotton-Nylon Blend (70% Cotton / 30% Nylon) construction
Small/Medium is approximately 35 1/2" (90.2cm) in total length
Matching Nylon zipper; zips to top of collar and 8-button closure
Hooded with matching finished Polyester drawcord
Dual button front pockets
Water repellant
Please Note: Cordlocks may or may not include toggles.
info: American Apparel
sábado, 28 de noviembre de 2009
jueves, 26 de noviembre de 2009
Intentó suicidarse porque no puede soportar la "fealdad" de un puente de Calatrava
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Así será el puente de Calatrava en Jerusalén. (Skyscrapercity.com)
Un israelí se subió a una grúa cercana a un nuevo puente que se construye a la entrada de Jerusalén y amenazó con tirarse al vacío para protestar por la "fealdad y el poco gusto" de la obra diseñada por el arquitecto español Santiago Calatrava.
La Policía tuvo que hablar durante varias horas con el hombre, un artista de 44 años del que no se ha revelado su identidad, hasta que consiguió que abandonara su intención de suicidarse y bajara de la grúa.
La Policía tuvo que hablar durante varias horas con el hombre, un artista de 44 años del que no se ha revelado su identidad, hasta que consiguió que abandonara su intención de suicidarse y bajara de la grúa.
Info: 20minutos
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La UB, la UPC y la UAB, entre las siete mejores universidades de España
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• Las tres comparten la marca 'campus de excelencia internacional' con cuatro de Madrid: la Complutense, la UPM, la UAM y la Carlos III.
Finalmente, solo cinco proyectos que reúnen a siete universidades han conseguido la marca campus de excelencia internacional. Los ministerios de Educación y de Ciencia e Innovación han hecho caso de la evaluación del jurado internacional y han limitado la concesión del cuño de calidad a tres universidades catalanas y cuatro madrileñas.
El Barcelona Knowledge Campus, impulsado por las Universidades de Barcelona (UB) y Politècnica de Catalunya (UPC) es una de las propuestas escogidas, que recibirá 21 millones de euros. El proyecto se centra en el espacio universitario que transcurre a ambos lados de la parte alta de la Diagonal, que alberga instalaciones con proyección internacional como el Parc Científic o el supercomputador Mare Nostrum. En ese área están trabajando 314 grupos de investigación con más de 6.000 investigadores.
La propuesta de la Autónoma de Barcelona(UAB)también ha sido elegida y recibirá 10 millones de euros. En el campus de Bellaterra, según subrayó ayer su rectora, Anna Ripoll, se da una inusual concentración de centros científicos y tecnológicos de primer nivel. También puso de relieve la potencialidad que ofrecen las unidades docentes.
La lista de campus de excelencia internacional la completan cuatro universidades madrileñas: la Complutense y la Politécnica de Madrid (UPM), que han planteado un proyecto conjunto y recibirán 21 millones de euros, la Autónoma (UAM), que obtiene 11 millones, y la Carlos III, 10 millones.
El Barcelona Knowledge Campus, impulsado por las Universidades de Barcelona (UB) y Politècnica de Catalunya (UPC) es una de las propuestas escogidas, que recibirá 21 millones de euros. El proyecto se centra en el espacio universitario que transcurre a ambos lados de la parte alta de la Diagonal, que alberga instalaciones con proyección internacional como el Parc Científic o el supercomputador Mare Nostrum. En ese área están trabajando 314 grupos de investigación con más de 6.000 investigadores.
La propuesta de la Autónoma de Barcelona(UAB)también ha sido elegida y recibirá 10 millones de euros. En el campus de Bellaterra, según subrayó ayer su rectora, Anna Ripoll, se da una inusual concentración de centros científicos y tecnológicos de primer nivel. También puso de relieve la potencialidad que ofrecen las unidades docentes.
La lista de campus de excelencia internacional la completan cuatro universidades madrileñas: la Complutense y la Politécnica de Madrid (UPM), que han planteado un proyecto conjunto y recibirán 21 millones de euros, la Autónoma (UAM), que obtiene 11 millones, y la Carlos III, 10 millones.
info: El Periódico de Cataluña
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La dignidad de Catalunya
Este editorial en defensa de Catalunya ha sido redactado conjuntamente por los 12 diarios cuyas cabeceras figuran al pie.
Después de casi tres años de lenta deliberación y de continuos escarceos tácticos que han dañado su cohesión y han erosionado su prestigio, el Tribunal Constitucional puede estar a punto de emitir sentencia sobre el Estatut de Catalunya, promulgado el 20 de julio del 2006 por el jefe del Estado, rey Juan Carlos, con el siguiente encabezamiento: "Sabed: Que las Cortes Generales han aprobado, los ciudadanos de Catalunya han ratificado en referéndum y Yo vengo en sancionar la siguiente ley orgánica". Será la primera vez desde la restauración democrática de 1977 que el Alto Tribunal se pronuncia sobre una ley fundamental refrendada por los electores.
La expectación es alta. La expectación es alta y la inquietud no es escasa ante la evidencia de que el Tribunal Constitucional ha sido empujado por los acontecimientos a actuar como una cuarta cámara, confrontada con el Parlament de Catalunya, las Cortes Generales y la voluntad ciudadana libremente expresada en las urnas. Repetimos, se trata de una situación inédita en democracia. Hay, sin embargo, más motivos de preocupación. De los doce magistrados que componen el tribunal, sólo diez podrán emitir sentencia, ya que uno de ellos (Pablo Pérez Tremps) se halla recusado tras una espesa maniobra claramente orientada a modificar los equilibrios del debate, y otro (Roberto García-Calvo) ha fallecido.
De los diez jueces con derecho a voto, cuatro siguen en el cargo después del vencimiento de su mandato, como consecuencia del sórdido desacuerdo entre el Gobierno y la oposición sobre la renovación de un organismo definido recientemente por José Luis Rodríguez Zapatero como el "corazón de la democracia". Un corazón con las válvulas obturadas, ya que sólo la mitad de sus integrantes se hallan hoy libres de percance o de prórroga. Esta es la corte de casación que está a punto de decidir sobre el Estatut de Catalunya. Por respeto al tribunal –un respeto sin duda superior al que en diversas ocasiones este se ha mostrado a sí mismo– no haremos mayor alusión a las causas del retraso en la sentencia.
La definición de Catalunya como nación en el preámbulo del Estatut, con la consiguiente emanación de "símbolos nacionales" (¿acaso no reconoce la Constitución, en su artículo 2, una España integrada por regiones y nacionalidades?); el derecho y el deber de conocer la lengua catalana; la articulación del Poder Judicial en Catalunya, y las relaciones entre el Estado y la Generalitat son, entre otros, los puntos de fricción más evidentes del debate, a tenor de las versiones del mismo, toda vez que una parte significativa del tribunal parece estar optando por posiciones irreductibles. Hay quien vuelve a soñar con cirugías de hierro que cercenen de raíz la complejidad española. Esta podría ser, lamentablemente, la piedra de toque de la sentencia.
No nos confundamos, el dilema real es avance o retroceso; aceptación de la madurez democrática de una España plural, o el bloqueo de esta. No sólo están en juego este o aquel artículo, está en juego la propia dinámica constitucional: el espíritu de 1977, que hizo posible la pacífica transición. Hay motivos serios para la preocupación, ya que podría estar madurando una maniobra para transformar la sentencia sobre el Estatut en un verdadero cerrojazo institucional. Un enroque contrario a la virtud máxima de la Constitución, que no es otra que su carácter abierto e integrador.
El Tribunal Constitucional, por consiguiente, no va a decidir únicamente sobre el pleito interpuesto por el Partido Popular contra una ley orgánica del Estado (un PP que ahora se reaproxima a la sociedad catalana con discursos constructivos y actitudes zalameras). El Alto Tribunal va a decidir sobre la dimensión real del marco de convivencia español, es decir, sobre el más importante legado que los ciudadanos que vivieron y protagonizaron el cambio de régimen a finales de los años setenta transmitirán a las jóvenes generaciones, educadas en libertad, plenamente insertas en la compleja supranacionalidad europea y confrontadas a los retos de una globalización que relativiza las costuras más rígidas del viejo Estado nación. Están en juego los pactos profundos que han hecho posible los treinta años más virtuosos de la historia de España. Y llegados a este punto es imprescindible recordar uno de los principios vertebrales de nuestro sistema jurídico, de raíz romana: Pacta sunt servanda. Lo pactado obliga.
Hay preocupación en Catalunya y es preciso que toda España lo sepa. Hay algo más que preocupación. Hay un creciente hartazgo por tener que soportar la mirada airada de quienes siguen percibiendo la identidad catalana (instituciones, estructura económica, idioma y tradición cultural) como el defecto de fabricación que impide a España alcanzar una soñada e imposible uniformidad. Los catalanes pagan sus impuestos (sin privilegio foral); contribuyen con su esfuerzo a la transferencia de rentas a la España más pobre; afrontan la internacionalización económica sin los cuantiosos beneficios de la capitalidad del Estado; hablan una lengua con mayor fuelle demográfico que el de varios idiomas oficiales en la Unión Europea, una lengua que en vez de ser amada, resulta sometida tantas veces a obsesivo escrutinio por parte del españolismo oficial, y acatan las leyes, por supuesto, sin renunciar a su pacífica y probada capacidad de aguante cívico. Estos días, los catalanes piensan, ante todo, en su dignidad; conviene que se sepa.
Estamos en vísperas de una resolución muy importante. Esperamos que el Tribunal Constitucional decida atendiendo a las circunstancias específicas del asunto que tiene entre manos –que no es otro que la demanda de mejora del autogobierno de un viejo pueblo europeo–, recordando que no existe la justicia absoluta sino sólo la justicia del caso concreto, razón por la que la virtud jurídica por excelencia es la prudencia. Volvemos a recordarlo: el Estatut es fruto de un doble pacto político sometido a referéndum.
De los diez jueces con derecho a voto, cuatro siguen en el cargo después del vencimiento de su mandato, como consecuencia del sórdido desacuerdo entre el Gobierno y la oposición sobre la renovación de un organismo definido recientemente por José Luis Rodríguez Zapatero como el "corazón de la democracia". Un corazón con las válvulas obturadas, ya que sólo la mitad de sus integrantes se hallan hoy libres de percance o de prórroga. Esta es la corte de casación que está a punto de decidir sobre el Estatut de Catalunya. Por respeto al tribunal –un respeto sin duda superior al que en diversas ocasiones este se ha mostrado a sí mismo– no haremos mayor alusión a las causas del retraso en la sentencia.
La definición de Catalunya como nación en el preámbulo del Estatut, con la consiguiente emanación de "símbolos nacionales" (¿acaso no reconoce la Constitución, en su artículo 2, una España integrada por regiones y nacionalidades?); el derecho y el deber de conocer la lengua catalana; la articulación del Poder Judicial en Catalunya, y las relaciones entre el Estado y la Generalitat son, entre otros, los puntos de fricción más evidentes del debate, a tenor de las versiones del mismo, toda vez que una parte significativa del tribunal parece estar optando por posiciones irreductibles. Hay quien vuelve a soñar con cirugías de hierro que cercenen de raíz la complejidad española. Esta podría ser, lamentablemente, la piedra de toque de la sentencia.
No nos confundamos, el dilema real es avance o retroceso; aceptación de la madurez democrática de una España plural, o el bloqueo de esta. No sólo están en juego este o aquel artículo, está en juego la propia dinámica constitucional: el espíritu de 1977, que hizo posible la pacífica transición. Hay motivos serios para la preocupación, ya que podría estar madurando una maniobra para transformar la sentencia sobre el Estatut en un verdadero cerrojazo institucional. Un enroque contrario a la virtud máxima de la Constitución, que no es otra que su carácter abierto e integrador.
El Tribunal Constitucional, por consiguiente, no va a decidir únicamente sobre el pleito interpuesto por el Partido Popular contra una ley orgánica del Estado (un PP que ahora se reaproxima a la sociedad catalana con discursos constructivos y actitudes zalameras). El Alto Tribunal va a decidir sobre la dimensión real del marco de convivencia español, es decir, sobre el más importante legado que los ciudadanos que vivieron y protagonizaron el cambio de régimen a finales de los años setenta transmitirán a las jóvenes generaciones, educadas en libertad, plenamente insertas en la compleja supranacionalidad europea y confrontadas a los retos de una globalización que relativiza las costuras más rígidas del viejo Estado nación. Están en juego los pactos profundos que han hecho posible los treinta años más virtuosos de la historia de España. Y llegados a este punto es imprescindible recordar uno de los principios vertebrales de nuestro sistema jurídico, de raíz romana: Pacta sunt servanda. Lo pactado obliga.
Hay preocupación en Catalunya y es preciso que toda España lo sepa. Hay algo más que preocupación. Hay un creciente hartazgo por tener que soportar la mirada airada de quienes siguen percibiendo la identidad catalana (instituciones, estructura económica, idioma y tradición cultural) como el defecto de fabricación que impide a España alcanzar una soñada e imposible uniformidad. Los catalanes pagan sus impuestos (sin privilegio foral); contribuyen con su esfuerzo a la transferencia de rentas a la España más pobre; afrontan la internacionalización económica sin los cuantiosos beneficios de la capitalidad del Estado; hablan una lengua con mayor fuelle demográfico que el de varios idiomas oficiales en la Unión Europea, una lengua que en vez de ser amada, resulta sometida tantas veces a obsesivo escrutinio por parte del españolismo oficial, y acatan las leyes, por supuesto, sin renunciar a su pacífica y probada capacidad de aguante cívico. Estos días, los catalanes piensan, ante todo, en su dignidad; conviene que se sepa.
Estamos en vísperas de una resolución muy importante. Esperamos que el Tribunal Constitucional decida atendiendo a las circunstancias específicas del asunto que tiene entre manos –que no es otro que la demanda de mejora del autogobierno de un viejo pueblo europeo–, recordando que no existe la justicia absoluta sino sólo la justicia del caso concreto, razón por la que la virtud jurídica por excelencia es la prudencia. Volvemos a recordarlo: el Estatut es fruto de un doble pacto político sometido a referéndum.
Que nadie se confunda, ni malinterprete las inevitables contradicciones de la Catalunya actual. Que nadie yerre el diagnóstico, por muchos que sean los problemas, las desafecciones y los sinsabores. No estamos ante una sociedad débil, postrada y dispuesta a asistir impasible al menoscabo de su dignidad. No deseamos presuponer un desenlace negativo y confiamos en la probidad de los jueces, pero nadie que conozca Catalunya pondrá en duda que el reconocimiento de la identidad, la mejora del autogobierno, la obtención de una financiación justa y un salto cualitativo en la gestión de las infraestructuras son y seguirán siendo reclamaciones tenazmente planteadas con un amplísimo apoyo político y social. Si es necesario, la solidaridad catalana volverá a articular la legítima respuesta de una sociedad responsable.
Publican también este texto El Periódico de Cataluña, La Vanguardia, Avui, El Punt, Diari de Girona, Diari de Tarragona, Segre, La Mañana, Regió 7, El 9 Nou, Diari de Sabadell y Diari de Terrassa.
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miércoles, 25 de noviembre de 2009
martes, 24 de noviembre de 2009
jueves, 19 de noviembre de 2009
martes, 17 de noviembre de 2009
lunes, 16 de noviembre de 2009
sábado, 14 de noviembre de 2009
viernes, 13 de noviembre de 2009
martes, 10 de noviembre de 2009
lunes, 9 de noviembre de 2009
viernes, 6 de noviembre de 2009
miércoles, 4 de noviembre de 2009
lunes, 2 de noviembre de 2009
domingo, 1 de noviembre de 2009
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